El outdoor crece al triple de velocidad que el resto de la economía

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A principios de mes, la oficina de Análisis Económico de EEUU publicó el último de sus informes sobre la salud de la industria de las actividades deportivas al aire libre (outdoor). En este informe, referido a los datos del año 2021, el BEA (Bureau of Economic Analysis) ha calculado que parte del PIB de los Estados Unidos es consecuencia directa del sector outdoor. Los resultados son alentadores.

El año pasado, las actividades outdoor y las empresas del sector aportaron a la economía estadounidense la impactante cifra de 454.000 millones de dólares, nada menos que un 1,9% del PIB (Producto Interior Bruto) de la potencia económica número 1 del mundo. Para que veamos a lo que corresponden estas cifras astronómicas, el impacto del conjunto de la industria outdoor supone el doble de lo que aporta todo el sector agrícola estadounidense. Además, tan solo en el último año, la industria creo más de 4,5 millones de empleos.

Pero quizá lo más alentador del estudio sea el crecimiento que representan estas cifras. El informe muestra un sector con un crecimiento del 18,9% en el último año (2020-2021), en comparación con un aumento del 5,9% para la economía general de Estados Unidos, lo que nos deja ver un repunte en los deportes al aire libre después de la caída del 21,6% en 2020. En perspectiva, tenemos la imagen de una potencia económica que crece a un ritmo de más del triple que la economía general.

Crecimientos por categoría y una advertencia

Las actividades outdoor dentro del informe se dividen en tres categorías generales:

·        Actividades convencionales (como ciclismo, navegación, senderismo y caza)

·        Otras actividades (como jardinería y conciertos al aire libre)

·        Actividades de apoyo (como construcción, viajes y turismo).

De ellas, el sector de la navegación y la pesca fue el que más contribuyó a la economía en 2021, seguido de las autocaravanas y la caza. La escalada, el senderismo y la acampada ocuparon el cuarto lugar, aportando unos 4.400 millones de dólares a la economía. Le siguen de cerca los deportes de nieve. Este orden se ha mantenido más o menos igual desde el año 2017.

En 2021, las actividades de la primera categoría (convencionales) representaron el 35,1% del valor añadido, frente al 40,1% en 2020. La segunda categoría (otras actividades) subieron una décima hasta el 17,6% del valor añadido en 2021, frente al 17,5% en 2020; y por último la tercera categoría (actividades de apoyo, turismo y viajes) representaron el 47,3% restante del valor añadido en 2021, frente al 42,4% en 2020.

Esta última categoría, relacionada directamente con los viajes y el turismo, repuntaron en 2021 a medida que se relajaron las restricciones COVID-19 y los participantes pudieron viajar más, aumentando así el gasto en transporte, hoteles y restaurantes.

Pero los datos también recogen una advertencia. Aunque la participación ha crecido en la mayoría de las categorías de actividades, no todas las marcas del sector outdoor han visto crecer sus ventas. Las actividades que por definición necesitan de poco material (running, senderismo, etc.) no se han beneficiado de las mayores tasas de participación (pasando del 40,1% al 35,1%). Por su parte las actividades recreativas motorizadas, con sus juguetes mucho más caros, es donde han estado realmente las ventas. Veremos que nos deparan los datos de 2022.

Segmentación outdoor por industria

Analizando los datos por industria, el grupo del comercio minorista (retail) fue el que más contribuyó al impacto de las actividades outdoor EE.UU. en 2021, con casi 120.000 millones de dólares.  Por su parte, la industria manufacturera fue el tercer segmento industrial más importante del sector, con un impacto de casi 62.000 millones de dólares.

Con respecto a las tendencias de participación, la Outdoor Industry Association también ha reflejado el importante crecimiento de la participación general en los deportes al aire libre. Como podemos ver en el siguiente gráfico, hemos crecido más de un 20% en número de practicantes habituales desde el año 2015. El año 2020 supuso un fuerte espaldarazo a la tendencia que veníamos viendo en el sector, que se ha mantenido en 2021.

Estos datos nos indican que la economía de las actividades outdoor sigue ganando fuerza, aunque el aumento de la inflación y la posibilidad de una recesión podrían cambiar drásticamente el panorama en los próximos años. Por ahora, sin embargo, la realidad nos sigue dando razones para pensar que las cosas siguen por buen camino.

(Para mayor claridad, el informe del BEA define el outdoor de forma bastante amplia, incluyendo “actividades convencionales” como ciclismo, navegación y senderismo; “otras actividades” como jardinería y conciertos al aire libre; y “actividades de apoyo” como viajes y turismo. Los datos se refieren únicamente a los EEUU, pero nos permiten sacar conclusiones para regiones como Europa o España).

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-Por Héctor Sanmiguel-

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