Este es el tercer artículo de nuestra serie sobre el fraude de Jay Peak Resort. Puedes leer las anterior partes en: Parte I – Una estación de esquí y la codicia. Un fraude de 350 millones de dólares. Parte II – Comprando una estación de esquí con dinero robado.
Jay Peak cuenta con la mayor cantidad de nieve de todas las montañas de esquí de la Costa Este de los Estados Unidos, pero esa no era la clave del futuro de la estación para Quirós. La clave era estar conectado a una fuente de capital única: El programa federal de desarrollo económico, conocido como el EB-5.
El EB-5 permitía a los extranjeros saltarse la lotería de los permisos de inmigración invirtiendo 500.000 dólares en la creación de puestos de trabajo en zonas necesitadas de Estados Unidos. Poco regulado y poco conocido, el programa se convirtió para Quirós en algo tan básico y rentable como los cañones de nieve artificial de Jay Peak: una fuente de éxito aparentemente inagotable. Los 18 millones de dólares iniciales de la estación procedían de estos inversores extranjeros.
Los documentos muestran que Quirós se aferró al programa EB-5 y consideró utilizarlo para financiar sus propios proyectos en Florida, como viviendas para estudiantes en una universidad.
En cambio, después de comprar Jay Peak, Quiros y Stenger utilizaron el programa para crear nuevas reservas de dinero para proyectos en la estación de esquí y sus alrededores. Entre ellos: un hotel, un parque acuático, un restaurante en la cima de la montaña, cabañas al borde de un campo de golf y mucho más.
Un esquema Ponzi con hoteles y campos de golf
El estado de Vermont se encargó de supervisar Jay Peak y otros proyectos EB-5 a través de su agencia de comercio, pero en la práctica funcionó más como animador que como regulador.
Los documentos muestran que los políticos estatales, desesperados por un cuento de hadas, no establecieron una regulación eficaz para exigir responsabilidades a Quiros y Stenger hasta al menos seis años después de la compra de Jay Peak. Todavía no se conoce el papel que desempeñaron los funcionarios estatales en el desarrollo del fraude.
En total, Quiros estableció ocho proyectos a través del programa EB-5. Stenger le ayudó a recaudar más de 400 millones de dólares de inversores extranjeros, que habían aceptado esperando obtener un visado de residencia en Estados Unidos cuando los proyectos estuviesen terminados. Para Quirós, cada nuevo proyecto significaba un nuevo flujo de dinero de los inversores que podía cubrir los agujeros que se iban generando en los proyectos anteriores.
Eran tiempos de euforia. A finales de 2008, las empresas de construcción encargadas por la dirección estaban transformando Jay Peak, añadiendo cientos de nuevos alojamientos para los visitantes.
Stenger, el director de la estación y la cara afable de los proyectos, consiguió cartas de apoyo de los reguladores y políticos estatales, que estaban ansiosos por creer sus promesas de que estos proyectos traerían miles de puestos de trabajo a la región. Luego viajó al extranjero y vendió los proyectos a inversores de China, Vietnam, Sudáfrica, Venezuela, Egipto, Portugal y otros países.
Los inversores siguieron firmando, atraídos por el alto índice de éxito de Jay Peak en cuanto a la aprobación de los proyectos, así como por la garantía de que los funcionarios estatales habían aprobado los permisos de residencia.
“Somos el proyecto EB-5 más exitoso de Estados Unidos en este momento”, escribió Stenger en un correo electrónico a Quiros en septiembre de 2011, “y debemos mantener este impulso mientras todo el mundo esté tan interesado en Jay Peak y en todo lo que estamos trabajando.”
Una oportunidad única en la vida.
El imperio creció aún mas cuando Quiros compró un complejo turístico rival, Burke Mountain, de nuevo, con el dinero de inversores que estaba destinado a otros proyectos. Lo rebautizó como Q Burke y puso a su hijo, Ary, al frente.
Aunque el progreso avanzaba, la realidad a veces no alcanzaba el sueño que Quiros y Stenger vendieron a los inversores. Por ejemplo, se construyó un hotel al que le faltaban 193 habitaciones en comparación con lo prometido.
Las discrepancias y los estados financieros que se ocultaban frustraron a un puñado de inversores y trabajadores, dentro y fuera del negocio, pero la los proyectos en Jay Peak siguieron su curso sin que saltaran grandes alarmas.
Desde fuera, Jay Peak representaba todo lo que los políticos habían previsto para el programa EB-5. Una empresa rural accedía al dinero internacional para impulsar su crecimiento. La región con el mayor desempleo de todo el estado de Vermont estaba en camino de conseguir 5.000 nuevos puestos de trabajo.
“Lo que estamos viendo hoy es algo de extraordinaria importancia”, dijo el senador y candidato a la presidencia de los Estados Unidos Bernie Sanders en una rueda de prensa sobre los proyectos en septiembre de 2012.
El senador Leahy, el miembro más veterano del Senado estadounidense y defensor del programa EB-5, añadió: “No va a costar ni un céntimo a los contribuyentes”.
Todos los que estuvieron allí en 2012 parecían convencidos del éxito de los proyectos, y Quirós se mostró triunfante.
“Estamos en una nube protegida por el gobierno”, le había escrito Quirós a Burstein a principios de ese año mientras contaban sus planes. “Una oportunidad única en la vida. Para todos nosotros”.
Enhorabuena! Has llegado al final de la Parte III de nuestra serie sobre el fraude de Jay Peak Resort, si quieres estar al día de las próximas publicaciones puedes seguirnos en Facebook, Twitter o Instagram o suscríbete a nuestra newsletter mensual.